La ilusión lunar
¿Sabías que el fenómeno de la “superluna” que pudimos disfrutar la pasada semana estaba supeditado a la propia interpretación visual y percepción nuestro cerebro?
En esta noche, nuestro satélite se encontraba más cerca de la Tierra que de costumbre, a causa de una serie de circunstancias astronómicas. Pero es también a causa de la denominada “ilusión lunar” que pudimos percibir la Luna de ese gran tamaño. Sin embargo, este fenómeno se puede observar todas las noches de luna llena en la que se tenga buena visibilidad, y que hace que ésta resulte más grande de lo habitual.
La explicación que se da a este fenómeno es que sucede cuando la Luna se encuentra más próxima al horizonte, lo que hace que nuestros ojos la perciban como de mayor tamaño. Sin embargo, si sacamos una foto y la comparamos con otra Luna más elevada en el cielo y, aparentemente más pequeña, podremos comprobar que ambas son de mismo tamaño.
La teoría que explica esta alteración de nuestra percepción es la ilusión de Ebbinghaus. Según esta teoría, cuando se muestran dos círculos centrales del mismo tamaño, pero uno se rodea de círculos mayores y otro de círculos menores, es éste último el que parece más grande. En el caso de la ilusión lunar sucede algo parecido, y es que la Luna, al estar más cerca del horizonte y rodearse de objetos más pequeños, como árboles o casas, da una sensación de mayor amplitud.
Sin embargo, existen detractores de esta teoría, y es que, el mencionado círculo central, puede parecer hasta un 10% más grande, pero en el caso de la Luna, su tamaño normal puede llegar a duplicarse.
Recientemente, dos científicos de la Universidad de Pensilvania, Antonides y Kubota, han desarrollado una nueva explicación para este fenómeno. Su teoría se basa en las dos maneras diferentes que tiene nuestro cerebro de juzgar un objeto cuando es observado. Por un lado se encuentra la visión binocular, por la cual cada ojo manda una imagen al cerebro del objeto en cuestión, que si son del mismo tamaño, significa que el objeto está lejos. Por otra parte está la forma en que percibimos el cielo, pues aunque sabemos que el Sol o la estrellas están a distancias diferentes, concebimos el firmamento a una distancia finita, como si de una bóveda se tratara.
En el caso de la Luna, cuando se encuentra en el horizonte, nuestro cerebro debe combinar ambos tipos de visión, pero el resultado es erróneo, y acabamos percibiéndola a mediante la visión binocular, lo que nos hace pensar que el cielo está más cerca y, en consecuencia, la Luna más grande.
Pero hay algo que se les escapa a ambas teorías, y es por qué cuando se da esta ilusión lunar, desaparece si hacemos el pino…
Nuestro cerebro guarda misterios que aún están por resolver… Mientras tanto, recuerda revisar tu visión regularmente!